domingo, 20 de febrero de 2011

Cultura, no hay más

El discurso de Álex de la Iglesia, el ya ex-presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, en la gala de los Goyas, durante los siete minutos que duró, se convirtió en una película. No del cine de Hollywood con multitud de efectos especiales, ni tampoco una de las de Almodóvar sobre la movida madrileña. Fue una película de las de siempre. De buenos y malos. Pero en ésta, el bueno al final muere por intentar salvar al protagonista.


El cine era el protagonista de la noche, el cine español. Pero también se hablaba del cine en general, y de la cultura. El bilbaino dimitió de su puesto, como había anunciado, al final de la gala. Y lo hizo por amor al arte, en sentido literal. Lo hizo porqué no cree que la nueva ley Sinde con su feroz lucha contra la pirateria ayude ni al cine, ni a la cultura. Álex fue el bueno que deja su vida como presidente para dejar claro que para él las cosas no son así, que no salvamos la cultura, le ponemos límites.



El realizador de TVE lo quiso enfocar como una película, no es una simple apreciación. Pues mientras Álex hablaba de divergencia y diferencias las cámaras captaban la cara de Ángeles González-Sinde, Ministra de Cultura y principal precursora de la nueva ley. Su gesto, su cara, la posición de las manos. Se nota que es directora de cine, pero se convirtió por una noche en actriz, y representó muy bien su papel de mala de la película.


De momento los malos ganan. Si lo vemos como una película, claro. Álex se ha ido y Sinde ha llegado (también puede verse al revés, depende de la óptica de cada uno). Pero nos ha dejado frases importantes, lapidarias tratándose de una despedida.


Internet ya está aquí. No se acerca, no está al caer. Es el presente y la gente ya acude a él como antes lo hacía con otros medios.


La cultura: cine, música, literatura, arte; es de todos. De los artistas que la crean y de la gente que la absorbe. Sin público, sin gente que necesite, quiera y solicite cultura, ésta, desaparecerá. No tiene sentido escribir un libro que nadie leerá nunca, una canción que nadie oirá, un vestido que nadie lucirá, un cuadro que nadie contemplará...


"Crisis en griego significa proceso o cambio. Y el cambio es acción. Estamos en un punto de no retorno y es el momento de actuar. No hay marcha atrás. De las decisiones que se tomen ahora dependerá todo. Nada de lo que valía antes vale ya. Las reglas del juego han cambiado"


Con esto se anima a afrontar el cambio que ya está actuando sobre la cultura. Que no la destruye, no la roba. Sólo la cambia. Mientras sea cultura, que más da.



Vídeo extraído de YouTube

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