Un deporte que sobrepasa fronteras

Se llegó a más de 14,6 millones de espectadores y 75% de cuota de pantalla en la Copa del Rey y otros 14 millones y 73% de cuota de pantalla en Champions.

Hablamos de dos de los cuatro clásicos de este mes Barça - Madrid. El gran clímax deportivo en lo que va de año y agotador para muchos. Este mes ha sido el más puro ejemplo de lo que el fútbol se ha convertido.


Sus cifras televisivas son altas y pueden llegar a ser de escándalo, el dinero que mueve, abrumador e indecente, su importancia, para muchos vital.



Durante un mes solo ha existido el constante clásico que como bien dijo un comentarista deportivo: "es el partido del año, de cada año". Y cuando digo solo, es SOLO. La crisis económica, Japón, Líbia... no. Mourinho, Guardiola, los árbitros, teatro y agresiones... sí.

Porqué es posible que para muchos Libia y Japón les quede demasiado lejos para importarles, que para algunos esta crisis que no fue culpa de ellos tampoco tiene solución en ellos y frustra. Pierden sus trabajos, ven sus derechos recortados, sus políticos cachondeándose de todo haciendo ver que les importa y "están en ello". Esto es una mierda, hablando vulgarmente.


Entonces pasa. Copa, Liga y Champions. 3 trofeos entre los 2 equipos más grandes de España y de los más grandes del mundo. Y aunque no ellos no juegan el partido, no hacen ni reciben falta, no ganaran el trofeo ni lo perderán y no verán ni un mísero euro de los insultantes multimillonarios sueldos de sus estrellas (es más, gastaran parte de sus ahorros, si pueden, en ir al campo o en verlo en bares y salir a celebrarlo); a pesar de todo: la victoria es de todos.


Puedes vivir ser un culé en la capital o un merengue en la ciudad condal; puede que haga demasiados años que no celebras nada como que creas que cada año tendrás algo que celebrar. Pero igual que Sudáfrica, el gol de Messi o Cristiano, la victoria de Barça o Madrid, lo es de todos. 

Pero, se quejan los antifutbol, ¡es un maldito partido (cuatro en este caso), dos puñeteros equipos que cobran monstruosidades por no hacer nada de provecho para la sociedad!


Y todo es cierto, y la mayoría de los aficionados lo saben pero... espero llegar a tiempo y ver el partido, ha sido el pensamiento generalizado. Porque la gente no puede hacerse cargo de todo, necesitan una válvula de escape, 2 horas de no pensar, solo dejarse llevar por sus instintos más primarios: gritar, aplaudir, reír, enfadarse, llorar incluso... 


No puedes acabar con la crisis, ni echar a todos los políticos que no hacen más que chuparnos la sangre y el dinero sin ofrecer soluciones que piensen en la gente. No puedes crear empleo por ti solo, ni impedir que desahucien a familias. No puedes conseguir que respeten tu comunidad (legalmente) que la sientes como tu propia nación dentro de tu país. No puedes luchar contra la ignorancia, los prejuicios ni la corrupción. 


Resignarse no sirve de nada, quedarse de brazos cruzados tampoco. Es cierto. Pero puede que te muevas, sin lograr a nada. Y sentarte a ver el televisor y sentir que si tu equipo gana, es una pequeña victoria que puedes adjudicarte, algo que celebrar. Pero si le pegan a tus jugadores, los otros hacen teatro, el arbitro no sabe que pita, será indignante y estarás más con tu equipo. Porque de alguna manera, sientes que tus gritos, tus ánimos, tus protestas les dan alas y formaras parte de sus éxitos.

 

El fútbol mueve dinero, muchísimo, acumula enormes cantidades de seguidores de todo el mundo, de hecho, es capaz de parar la rotación de la tierra si hace falta para que todos puedan sintonizar su canal. Y aunque sobrepase los peores límites (insultos, trampas, incidentes, detenciones), hay mucha gente que usa esa pequeña ilusión, la de que un equipo que siente como propio, logre la victoria, para iluminar un poco estos tiempos grises.