martes, 24 de julio de 2012

Y colorín colorado...

... este cuento no se ha acabado.

1 x22 "A Land Without Magic" 

Se acabó la primera temporada de Once Upon a Time y debo decir que me ha gustado mucho. De todas las series que he seguido esta temporada, es la que mejor sabor de boca me ha dejado. La única que he seguido al día y con ganas. Vale que sus efectos especiales sean muy mejorables, pero estamos en una época en la que los cuentos de hadas tienen mucha demanda y a mí que siempre me han gustado... ésta me ha dejado muy contenta.


***Spoiler***
Casi todo queda ligado y además introduce un escenario nuevo. Y vivieron felices y comieron... espera, aún parece que no. No queda forzado, la segunda temporada parece una consecuencia lógica y muy probable de la primera, que es lo que debe ser, y no inventarse situaciones sin ton ni son para alagar el chollo. Los personajes van a tener que hacer frente a su nueva realidad con todo el peso de sus pasados (el de cuento y el de aquí).


Once Upon a Time consiguió, cuando justo llevaba unos 6 o 7 capítulos emitidos, ampliar su primera temporada (tenía previsto emitir 12 capítulos y aumentó hasta los 22) y logró una segunda temporada en la ABC. Ha sido uno de los grandes éxitos de la cadena manteniendose en los 10 millones de espectadores en la noche de los domingos (la más seguida del tarjet de 18 a 49 años). Podía verse como una apuesta arriesgada y sin embargo la ABC ha triunfado con ella.

¿Cuál es la clave de su éxito?


Para mí el momento en el que se estrena la serie ha sido clave. Estamos en un momento de depresión a todos los niveles y la demanda de cuentos de hadas y happy endings se dispara, aunque irónicamente una frase que define la primera temporada sea la de "no more happy endings". Sin embargo, no es contar los cuentos como siempre, los explican a su manera y los unen entre ellos a su manera y explican orígenes y motivos que van más allá del cuento popular. Le da una última vuelta de tuerca nueva y bien pensada a los cuentos de siempre. 

Los papelones de Lana Parrilla como Regina y el de Robert Carlyle como Rumplestiltskin son brutales. Sus papeles de malos malísimos son un plus enorme para la serie. No solo su lado malo que busca hacer daño, o el ambicioso de ganar a cualquier precio, también sus interioridades, sus dudas, sus dolores, todo lo que les hace igual de perversos como seres con un pasado que no pueden dejar atrás. También me ha sorprendido para bien la actuación de Jennifer Morrison como Emma. Su anterior papel en House podía ser un lastre, pero su papel de la cabezona, escéptica e independiente Emma lo hace a la perfección. Además, sobretodo en el último capítulo, demuestra que es una actriz muy expresiva. No hay que olvidar al pequeño Jared S. Gilmore, Henry, el auténtico protagonista de la serie y el que la tira adelante en muchos momentos, sea como sea. Él nunca pierde la fe y guía a su madre aunque sea de modo radical.

2a temporada, este otoño
Por otra parte, es posible que como muchos critican sus efectos especiales sean pobres y justos, es una pega, es cierto, de cara a la segunda podrían esforzarse un poco más. Tampoco estoy muy de acuerdo con el querer darle papel co-protagonista sí o sí, sea como sea, a Emile de Ravine (Bella). No tengo nada en su contra pero creo que ha pesado más su caché (de Lost y Remember Me, tampoco hay mucho más) que la necesidad argumental de su personaje. 


Sin embargo, la manera en la que han unido todos los cuentos hasta ahora, su voluntad de explicar todos (o casi) los interrogantes abiertos durante la primera y preparar el terreno para la segunda de la mejor manera posible, lo compensan. Es una serie con buenos golpes de humor, no obvia los momentos tensos y dramáticos y un reparto muy carismático la convierten en una serie que engancha, y mucho.

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